Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Cada gesto suyo era pura maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas https://woodyksan420369.blogars.com/37181370/francia-se-queda-sin-su-estrella-tras-el-cabezazo-de-zidane