Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con una maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas magistrales en un https://inesmzfr968176.creacionblog.com/38387456/qué-motivó-el-gesto-de-zidane-en-2006